Asturias: Norte de España
Asturias es una región en el norte de España que destaca por su belleza natural y también por su singularidad cultural e histórica, aquí empezó la reconstrucción de la “Hispania cristiana”, un precedente de la actual.
El arte prerrománico es el período del arte medieval en Europa Occidental, la Edad Media, de los siglos VI al X.
Mientras que en Oriente la continuidad del Imperio romano permitió el desarrollo del arte bizantino. En Occidente la caída del Imperio romano y la época de las invasiones abrió un periodo de gran inestabilidad política y decadencia cultural, «época oscura».
Los pueblos germánicos, que fueron los invasores y posteriormente los dominantes, fusionaron su arte y cultura con la parcial pervivencia de la cultura clásica greco-romana seleccionada y conciliada con el cristianismo por nuevas instituciones, los monasterios.
El mediterráneo en los siglos VII y VIII quedó dividido por la expansión árabe, desde el sur de España hasta Siria, donde se desarrolló el arte islámico.
En el prerrománico hay determinadas características comunes, como la relativa ausencia de grandes programas arquitectónicos, la reutilización de edificios anteriores y de sus elementos arquitectónicos, la escasez de esculturas de gran tamaño, la predilección por la orfebrería y la ilustración de manuscritos.
Esto conlleva a la evolución formal hacia la simplicidad, la esquematización y el simbolismo en las artes figurativas para conseguir una mayor expresividad y con abundancia de motivos decorativos: entrelazado, funicular, estrellado.
No hay suficiente identificación entre las distintas artes locales como para hablar de un «estilo internacional» como lo serán más tarde el románico y el gótico.
La instalación definitiva de los invasores, cada uno con su propio bagaje cultural y civilizaciones diversas, produjo un nuevo concepto en cada una de las regiones donde se fueron instalando. Las circunstancias de su adhesión a la “Romanidad cristiana” es diferente.
El arte visigodo
La península ibérica sufrió grandes devastaciones en el siglo V por las invasiones de vándalos, alanos, suevos y visigodos, tribus del norte de Europa.
Se alcanzó la pacificación en torno al año 507 con el dominio visigodo y el sometimiento de los hispanorromanos, y se consolidó en el año 589, con la conversión de los visigodos al catolicismo. Su monarca, Recaredo, fue quien simbolizó la unificación religiosa entre visigodos e hispanorromanos, quedando así sellada la unidad espiritual y territorial del Reino Visigodo de Hispania.
La herencia visigoda, los contactos con el resto de la cristiandad y con el arte andalusí produjeron en los reinos cristianos del norte peninsular formas artísticas de particular interés: el arte asturiano.
Arte asturiano
Este estilo artístico apareció en el Reino de Asturias, primer reino cristiano de la península ibérica tras la conquista musulmana, donde se inicia la Reconquista.
Durante este periodo se cultivaron disciplinas como la pintura, la orfebrería o la arquitectura, la más destacada por el amplio número y buena conservación de los monumentos que han llegado hasta nuestros días, que constituyen el más completo y homogéneo conjunto de arquitectura en Europa Occidental de esta época.
La singularidad artística e histórica de estas edificaciones ha sido reconocida por la Unesco, declarando a seis de ellas como Patrimonio de la Humanidad bajo el nombre de Monumentos de Oviedo y del Reino de Asturias.
Se divide en cuatro periodos:
- Primer período 737 a 791
- Segundo período 791 – 842
- Tercer período 842 – 866
- Cuarto período 866-910
– Es al tercer período (entre 842 y 866) al que corresponden estos 2 edificios singulares de gran belleza. Se construyeron en el periodo de los reinados de Ramiro I (842-850) y Ordoño I.
Fue un tiempo de paz frente a los enemigos, los árabes, lo que permitió a estos reyes dedicar tiempo y costes a renovar la arquitectura prerrománica del reino.
Este desarrollo de la arquitectura estuvo fomentado también por el arquitecto responsable de estas edificaciones, que estudió la realización de estructuras totalmente abovedadas y con nuevas soluciones que se realizarían en el románico. Trata la escultura monumental como un elemento esencial de los edificios, aligerando las paredes laterales y dotándoles de ritmo al colocar arcadas.
Estos 2 edificios están situados en colina del monte Naranco, muy cerca de Oviedo y son desde mi punto de vista los más bellos del prerrománico.
Santa Maria (842), es la obra más significativa del arte asturiano de esta época, originariamente palacio, Aula Regia, varios siglos después se transformará en iglesia.
Su planta rectangular, con dos niveles y 2 miradores a cada lado, tiene claras inspiraciones en el palacio romano, consigue así una belleza singular por su simplicidad, pero también por su nueva estructura arquitectónica. Es el único en Europa que conserva el Salón real de esa época
Santa María del Naranco supuso una significativa renovación estilística añadiendo nuevos recursos constructivos. Como el uso de la bóveda de cañón, los contrafuertes y la utilización de arcos fajones para la sujeción de las bóvedas.
Destaca también por el uso de columnas con el fuste sogueado, típico del arte asturiano, y la utilización de medallones y fajas como elementos decorativos.
La iglesia de San Miguel de Lillo fue consagrada por el rey Ramiro I y su esposa Paterna en el año 848
Se trataba de un templo en un conjunto palatino a escasa distancia de la capital del reino: el monarca la mandó a construir junto a sus palacios, con función de iglesia palatina.
El interior está decorado con pinturas murales de motivos geométricos y antropomórficos.
Lo que vemos hoy es una pequeña parte del edificio original, ya que gran parte de éste se derrumbó por corrimiento de tierra, sólo se conservan 3 naves y el vestíbulo.
En origen era un edificio extraordinariamente alargado y alto completamente abovedado, con tres naves de cuatro tramos finalizado en triple ábside.
Todas las imágenes están realizadas por Veronika Bulová en su último viaje por Asturias.