Este año 2022 esperábamos celebrar San Jorge intensamente, pero las constantes interrupciones de lluvia y granizo lo impidieron en su totalidad, aunque al final los ciudadanos supieron sortear los inconvenientes y celebrarlo con las limitaciones de las continuas tormentas, la pandemia nos había entrenado en las restricciones.
El gran poeta T.S Eliot en “Tierra baldía” describe la “crueldad” del mes de abril:
“Abril es el mes más cruel, criando
lilas de la tierra muerta, mezclando
memoria y deseo, removiendo
turbias raíces con lluvia de primavera”.
Las primeras horas del día hasta el mediodía hubo gran concentración de público en las calles y los lectores acudieron emocionados a encontrarse con sus autores favoritos, pero al mediodía una intensa lluvia con granizo interrumpió brevemente la celebración, y se fue alternando a lo largo del día: lluvia-sol, sol-lluvia, para desesperación de los participantes.
El día de San Jorge es una fiesta popular en la que las rosas y los libros son los protagonistas.
Es una de mis favoritas, durante más de 30 años participé activamente en ella, con firmas de autores, organización de exposiciones, planificación de campañas y como no, fiestas y celebraciones.
Las calles son una explosión de vida, energía y sonrisas, la gente pasea, compra libros y rosas que regala a su pareja, familia o amigos. Si hace un buen día, es decir, hace sol, es perfecto, y casi siempre suele ser así.
Tradicionalmente en Cataluña el día de San Jorge era similar al día de los enamorados, los hombres regalaban una rosa a las mujeres, y ellas un libro. En la actualidad, esta costumbre machista ha sido suprimida y se hacen regalos de rosas y libros mutuamente, a la familia, amigos y como no, también las firmas comerciales intentan seducirnos con rosas o pequeños libros.
Se celebra el 23 de abril en honor al caballero Jorge, que murió en el año 303. Nació en Capadocia (Turquía), estaba a las órdenes del emperador romano Diocleciano, pero se negó a perseguir a los cristianos, por lo que sería torturado y condenado a muerte. Fue canonizado por el Papa en el año 494.
Por otra parte, la leyenda cuenta que en Montblanc (Tarragona) había un dragón terrible. Para contenerlo, los vecinos del pueblo escogían por sorteo a un habitante y se lo daban al monstruo, para que lo devorara. Un día, le tocó el turno a la hija del rey y apareció un caballero llamado Jorge, que se enfrentó al dragón y evitó la muerte de la princesa. Consiguió matar al monstruo y, de la sangre derramada, nació un rosal de flores rojas.
El culto a San Jorge se extendió durante la Edad Media, pero hasta mediados del siglo XV no se convirtió en el patrón oficial de Cataluña, y la fiesta no empezó a celebrarse hasta el siglo XVI.
En el siglo XV ya se organizaba en Barcelona una feria de rosas con motivo de San Jorge, a la que iban sobre todo novios, prometidos y matrimonios jóvenes, y eso hace pensar que la costumbre de regalar una rosa tiene el origen aquí.
Aunque la fiesta se celebraba con cierta intensidad desde el siglo XVI, hasta el siglo XIX no tuvo mucha repercusión.
Fue con la aparición del movimiento cultural y político de la Reinaxença (Restauración) cuando San Jorge fue instaurado como la diada patriótica y cultural de Cataluña.
A pesar de que la costumbre de regalar una rosa ya empezara en el siglo XV, la del libro todavía tardaría bastante en llegar.
Fue el escritor valenciano Vicente Clavel y Andrés, que dirigía la editorial Cervantes, quién propuso hacer una fiesta para promover la venta de libros en Cataluña a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona, y escogieron el 7 de octubre de 1927.
Dos años más tarde se celebró en Barcelona la Exposición Universal, y los libreros salieron a la calle, la iniciativa tuvo tanto éxito, que decidieron cambiar la fecha al 23 de abril, coincidiendo con la muerte de Miguel de Cervantes y de William Shakespeare.
Con esta celebración, se dio un gran impulso a la producción y divulgación del libro en Cataluña, se mantuvo incluso durante la Guerra Civil, y ha llegado hasta la actualidad.
De hecho Barcelona es la capital de la edición en español, aunque hay numerosas editoriales en Madrid y otras ciudades españolas, también en Buenos Aires, México y Bogotá, los 2 grandes grupos y las principales editoriales independientes están en Barcelona.
La UNESCO declaró el 23 de abril Dia Mundial del Libro y del Derecho de Autor en el año 1995 por la influencia de esta importante industria editorial global del mundo Hispano
Todos los pueblos y ciudades de Cataluña se convierten el 23 de abril en una gran librería-floristería al aire libre.
Uno de los aspectos que lo hace único y que tiene un gran atractivo para todos los ciudadanos, es la firma de libros por los escritores, de gran diversidad, desde los más populares y los más premiados, como algunos Nobeles, a escritores que empiezan a publicar, personalidades de otros ámbitos, como el deporte, la política, actores famosos, que han escrito su historia, todos tienen su oportunidad y luchan por ella, es un verdadero espectáculo.
En esta jornada se colocan cerca de 4.000 puestos de rosas y 900 de libros. Se venden alrededor de 6 millones de rosas en toda Cataluña y 1,5 millones de libros.
Las populares Ramblas de Barcelona es donde la fiesta alcanza su máxima espectacularidad e intensidad.
Esta celebración de Cataluña se extendió al resto de España, y en todas las ciudades españolas se celebra el Dia del Libro, con la firma de escritores y otros actos culturales.
En Madrid para diferenciarse de Barcelona, por supuesto, han instaurado la lectura de diferentes capítulos del Quijote por personalidades del mundo de la cultura, política, deporte e incluida la Reina y las princesas, una gran idea para promocionar esta obra maestra.
Por supuesto Madrid también es un espectáculo de firmas de escritores, actos y exposiciones en la calle, cuando el clima lo permite.
Os recomiendo enormemente esta fiesta, si tenéis ocasión de viajar en estas fechas, y hace sol, una elección casi perfecta.